domingo, 23 de julio de 2017

Seis años

Se acerca el objetivo de esta temporada, que es el más ambicioso que jamás me haya planteado nunca. Desde el domingo 19 de junio de 2011, día en que terminé mi primer triatlón (sprint), han pasado ya seis años. He ido dando pasitos cortos y, aunque los años se noten, estoy seguro de haber mejorado cada año. A una semana de la prueba, el objetivo está rodeado de pequeños y no tan pequeños contratiempos, pero que no van a evitar que cruce la meta el 30 de julio en Zurich. De ninguna manera.

Siempre he dicho que lo importante es el camino. Suena a disculpa o a excusa anticipada, lo sé, pero lo he dicho hasta cuando se me ha dado bien una prueba. En estos seis años he aprendido, corroborado o penado lo que no está escrito. Toca escribir un poco de ello.

Half de Sevilla 2017
En estos seis años he aprendido a dejar de caerme por llevar calas, pero también he aprendido que un resalte en el asfalto puede dar al traste con todo el trabajo y la ilusión de seis meses.

He aprendido que para nadar bien hay que dar patada, extender el brazo, arquearlo, levantar el culo y unas cuantas docenas de cosas más, aunque aún no haya conseguido hacerlo todo junto.

He aprendido veinte mil cosas sobre la bicicleta: la presión de inflado, la altura o el tipo de sillín, qué es una brevet, cuándo una cubierta está desgastada, cómo sacar la rueda trasera de mi cabra (que no es cuestión baladí)...

He aprendido, aunque tardé más de la cuenta, que en cualquier prueba que tenga la palabra ironman hay que comer, comer y comer, y que si no lo haces, no llegas.

He aprendido que cualquier detalle te puede arruinar un objetivo, pero he vuelto a comprobar que sé levantarme y correr un maratón en poco más de tres horas.

Half Villa de Madrid 2017
He aprendido que meterte a las siete de la mañana en el agua es muy duro, pero que gracias a la natación no he tenido problemas de cervicales en los últimos seis años.

He aprendido que cuando bajas en invierno a Aranzueque, el cambio sí funciona, son tus manos las que no responden.

Ahora sé que uno puede aprender todo esto por su cuenta, pero sin duda hacerlo con un gran club detrás como es Complutum Triatlón lo hace mucho más fácil.

He comprobado prueba tras prueba que no es lo mismo cruzar la meta sin conocer a nadie que ver a mi mujer, a mis hijos, a mis compañeros o a sus familiares aplaudiendo incansables desde la barrera.

Half de Guadalajara 2017
En Sevilla este año aprendí además que uno puede llegar el último y sentirse la persona más afortunada del mundo.

He aprendido que muchos triatletas de élite no participan en categoría élite. Lo sé porque nado con ellos y me sacan los domingos por la mañana.

Repito que sé que todo esto suena a excusa, pero lo que he aprendido, y conseguido estos seis años, especialmente este último, ya no me lo quita nadie.

En Zurich y espero que por muchos años más seguiré aprendiendo, creciendo y disfrutando con este deporte y con este mi club. En una semana voy a correr rodeado de seis triatletas formidables. Sé que los voy a tener delante todo el tiempo. Mejores liebres es imposible tener. 

Ojalá no les coja, porque eso querrá decir que han tenido problemas. Ojalá entre justo detrás de ellos, porque es querrá decir que he conseguido mi objetivo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario