martes, 20 de marzo de 2012

II Media Maratón Cervantina

Igual exagero, pero creo que hacen falta más de dos manos para contar las medias que he hecho en 1:20. La primera fue aquella, inolvidable, de La Rioja, en Logroño, con Fiz, Antón, Roncero... 1:20:34, en la que comprobé por primera vez que la élite de este deporte era gente normal, a diferencia de lo que sucedía con otros deportes más televisivos. Después vinieron otras medias de resultado similar, como aquella de Fuencarral, pero quizá más valioso (1:20:14) a causa de la dureza de la subida desde El Pardo. O aquella de Coslada (1:20:02), en que casi, casi...

Por eso bajar de 1:20 siempre ha sido mi objetivo en cualquier media. La de ayer tuvo algo de especial también. No me parecía posible bajar de 1:20 sin haber hecho ni el menor entrenamiento de calidad, así que el objetivo de verdad era ver qué era capaz de hacer cuando entrenas un par de días 10 kilómetros al ritmo que te apetece, sin más. Y es que, dado que mi objetivo cada semana no es otro que pedalear y nadar más y mejor (objetivo más que asequible 8-), lo de correr pasa a segundo término (mejor dicho: pasa a tercer término). Además, también fue una de las pocas carreras, no sé si la única, que he corrido sin reloj, como los "buenos".

Y no se puede decir que saliera mal la II Media Maratón de Alcalá de Henares (tercera para los que tenemos memoria y sabemos agradecer el esfuerzo de los primeros organizadores): 1:20:41. En la salida, foto con los Amigos de Alcalá y oportunidad para saludar a montones de conocidos; durante todo el recorrido, animando como siempre, la familia y más conocidos. El recorrido lo podría hacer a ciegas. Por la razón que sea, al pasar por la calles donde pasé mi infancia me vienen a la memoria un montón de recuerdos... estoy en casa.

La primera vuelta la hago tranquilo, pero en la segunda ya noto el cansancio y me concentro en no aflojar, porque más deprisa ya no soy capaz de ir. Los kilómetros caen tranquilamente, seguramente cada vez más despacio, hasta que llegando al km. 20 me sorprende ver que la calle Mayor está prácticamente vacía: animación nula. Y me viene a la cabeza la maratón de Nueva York. El contraste es demoledor. Pero es lo que tenemos, es lo que somos.

Mediado el último kilómetro me sucede la única circunstancia negativa del día. Acababan de animarme Juanma, Carlos y Nico y giraba en Cuatro Caños cuando empieza a avisarme el isquiotibial izquierdo, igual que en Castellón hace año y pico. No queda más remedio que aflojar sin llegar a parar, justo cuando tenía que empezar a apretar.

Afortunadamente la distancia de los seguidores era suficiente para que nadie me adelantara... porque pasarán los años, las medias y los unos veinte, pero sigue y seguirá sin gustarme que me pase nadie. Y menos en la línea de meta de mi casa.