domingo, 19 de octubre de 2014

Media Maratón de Fuenlabrada

No tenía ninguna intención de contar cómo me fue la media maratón de Fuenlabrada. La elegí porque era la única que cuadraba perfectamente en mi plan de entrenamiento para el maratón de Valencia y no la había corrido nunca. Llegue incluso a plantearme hacer los 21 kilómetros por donde siempre a buen ritmo yo solo; pero desde luego no hay nada como el ambiente de carrera para forzarte de verdad.

Además, el precio de la inscripción es muy razonable: 13 euros (más 40 céntimos para los señores de Paypal). Y como además iba acompañado, allí que nos plantamos el 19 de octubre del año de Nuestro Señor 2014. El día, excelente. Sin problemas de ningún tipo para aparcar, en el recinto de la Universidad Juan Carlos I. 

Es difícil entender que en una carrera que se ha disputado 17 veces se entreguen los dorsales y los chips con un cuello de botella tan evidente. De forma que desde que recogemos el dorsal ya nos olemos que la salida no se va a dar puntualmente. Después comprobaríamos que se dio con un retraso de alrededor de cuarto de hora. Eso sí, al menos no hacía frío: todavía recuerdo aquellos 15 kilómetros de Tres Cantos donde estuvimos cerca de 10 minutos esperando a una corredora de élite (de color ella) porque llegaba tarde. La razón ni la sé ni me importa, pero era enero...

La sorpresa graciosa es "el chip", una caja roja con una cinta para sujetarla por encima del tobillo. Según leo el fabricante es SMARTRAC y se trata de una etiqueta de RFID, tecnología barata que les permite hacer un chip de usar y tirar. Obviamente no debería ocupar nada, pero ocupa lo suyo sin razón aparente. La cinta de sujección es también de mala calidad. Colocada sobre el calcetín no da problemas, pero en contacto con la piel, a más de uno le acabaría provocando rozaduras e incluso sangre.

Con aproximadamente 15 minutos de retraso, como decía, y estrenando la nueva camiseta del club, nos dan la salida. El recorrido es bastante feo. Como siempre, para los que corren en casa tiene su aliciente; para los que venimos de fuera, no. Podía ser mucho peor, cierto: Getafe. Tampoco es precisamente llano. Lo peor para mi gusto es la señalización kilométrica. Yo no logré ver muchos de los kilómetros, porque no estaban, por pequeños o por mal ubicados. Además se sube y baja demasiadas aceras. De forma que resulta difícil saber cuánto llevas y cuánto te queda. Por último, la animación muy justita, aunque ese es un mal endémico.

Se dan dos vueltas y, al final, se hace un ajuste por el interior del campus universitario para llega a la (única) alfombra de meta. Ahí es donde llego en algo más de 1 hora y 23 minutos, según lo previsto y contento, pero la alfombra no se entera.

Y esta es la razón por la que he acabado contando esta mi enésima participación en un media: mi malestar por ser (inicialmente) ignorado. Después de contactar con la organización (a través de su blog) y de la empresa de medición (Comunabike) el resultado apuntaba a que no iba a figurar en la clasificación. Como siempre, me parece normal que haya problemas y se cometan errores: se aprende de ellos y se intenta que no se vuelvan a dar. Lo que no está nada bien es que se publique una nota indicando que ya está todo resuelto y tú no tengas ningún tipo de respuesta.

Tengo muy claro que es un problema de tratamiento de datos. Hay un cruce de nombres y clubes la mar de curioso y que no voy a contar ¿para qué? Desde luego no me han dado el chip de otra persona. Al final, ha quedado resuelto (aunque yo estoy sin club y el otro Manuel está en mi club 8-).

Después de todo, lo importante es que creo que mi preparación para el Maratón de Valencia va bien.