lunes, 13 de diciembre de 2010

I Maratón de Castellón


Una organización perfecta, un día perfecto, un recorrido muy llano (cuidado: no hay pendientes relevantes, pero no es llano), pero salió mal.
El primer kilómetro lo hice rodeado de gente, lo que evitó pasar de los 4' por kilómetro. A partir de ahí, como siempre, a mirar el reloj para no animarse demasiado. A partir del 7 u 8 se empiezan a estabilizar los grupos. Tenía uno detrás y otro delante. Elegí mal: decidí coger al de delante. Hice un kilómetro en 3:40, pero  creo que el tramo en que les alcance me debí poner por debajo de 3:30. Y creo que ese fue mi error. Porque además me había propuesto ir a 4'05".
Pasamos los primeros 10 km. en 39'06". Poco después empecé a sentir molestias en el isquiotibial derecho: me estaba avisando. En el 14, en El Grao, entendí que había que reducir. Aún así, en el 15 se contracturó y se acabó la ilusión de tantos meses. Paré, estiré todo lo que pude, me aplicaron réflex, me dieron un masajito y seguí al trote. Estaba a 4 kilómetros de Castellón y había que volver.
Durante esos kilómetros no quería, pero estaba convencido de que tendría que abandonar. Blasfemaba para mis adentros. Hacia el 19 me sentía constantemente en el límite (el ritmo rondaría los 4'20"), pero de nuevo empecé a pensar en terminar y al llegar a la media (1h28'28") ya había decidido seguir. Me acerqué mi mujer, le dije al oido lo que me había pasado, ella me besó y quedó claro qué había que hacer.
Tuve que parar más veces, la peor en el 26, otra vez a estirar. A partir de ahí a progresar poco a poco y volver a coger confianza. Josito me alcanzó y saludó hacia el 27 ó 28 (igual si le hubiera ayudado a bajar de 3 horas, él lo habría conseguido y yo no me habría lesionado, pero...).
Hacia el 35 se pasaba por la Plaza de la Paz. Fue el momento más emotivo, sin duda. Un pasillo de centenares de personas animándome, algunos gritando mi nombre. Y todo gracias a esa sencilla idea de grabar tu nombre en el dorsal. Creo que les lancé un beso con la mano y la respuesta fue atronadora. Inolvidable. Metros después, pasó de nuevo un patinador ofreciendo réflex en el mejor momento, porque me había vuelto a animar.
A partir de ahí ya solo quedaba dejarse llevar. Bajar de 3 horas era imposible ya, bajar de 3:10 debería ser fácil. Sentía el cuádriceps izquierdo excepcionalmente cargado, supongo que porque llevaba más de 20 kilómetros quitándole trabajo a la pierna derecha. Cuando quedaba poco más de un kilómetro alcancé a Josito, quien me volvió a reconocer.
La llegada estaba a un kilómetro, el pasillo final era espectacular, lo habría disfrutado infinitamente más bajando de 2:55, pero al menos pude apretar sin empeorar nada. Fueron 3h05'01" y este es el video de la llegada.

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