domingo, 30 de junio de 2013

Short Wild Wolf en la Casa de Campo

Hoy toca un recorrido acelerado de la prueba de ayer.

Mala noche. Sin duda son los nervios, lo que en realidad es buen síntoma, porque simplemente tienes dudas. A las 6:45 en pie a preparar el desayuno de toda la familia, que me acompaña una vez más. Gracias a la Excel de Jesús, el rito ya empieza a ser familiar. Las pegatinas del Wild Wolf son de lo mejor: no dejan marca. El gorro fosforito encandila a mi pequeña, que pasará a ser su propietaria a la vuelta; el mayor ya se ha quedado la camiseta. Gastamos menos en camisetas y gorros de natación que un jilguero en patatas fritas.

La carretera está vacía: solo en la Calle 30 vemos coches con bicicletas detrás: ya sabemos dónde van. Se aparca sin problemas. Empezamos a encontrarnos los del Short. Nico, en el Half, ya está dándolo todo desde las 7:00. Lo primero es darse un chapuzón. Estoy seguro de que es bueno para reducir ese temor atávico (e infundado) que al parecer solo sentimos algunos. La temperatura del agua es excelente: 24 grados. El recorrido es a una sola vuelta: mucho mejor. Una zodiac hace el recorrido unos minutos antes de la salida, con lo que desaparece toda duda.

Salimos en la segunda tanda. Me aplico el cuento de SwimSmooth: “Bubble, breathe, bubble, breathe…”. Bien 200 ó 300 metros hasta que me encierran dos y le meto un leñazo al de la derecha y me tengo que apartar… pero yo bien, no sé él. Empiezo a descontar boyas (siete, seis, cinco…), pero me empiezo a dar cuenta de que la mayoría de gorros son como el mío y me pregunto si a este triatlón vienen los más paquetes de Madrid o es que no lo estoy haciendo tan mal… El sol no deja ver las boyas finales, pero basta seguir a la muchedumbre. Enfilamos hacia el pantalán y empiezo a sentirme feliz de verdad: salgo sonriente por fin.

En la T1 solo un percance: no he dejado los velcros de las zapatillas sueltos. Por lo que sea, lo que normalmente harías en 5 segundos te lleva 20. Esto hay que entrenarlo, que no cuesta tanto. Me como media barrita energética de esas que parece comida de perros (es peor: seguro que a los perros no les gusta).

Empiezo a pedalear, pero tardo en enganchar las calas. Lo mejor va a empezar pronto: acoplado permanentemente, a excepción de las subidas. Hasta en las rotondas anchas sigo acoplado. Llego a las curvas y algo me dice "no frenes, idiota, no hace falta". Y no hace falta. Probablemente me pasa más gente que la que yo paso, pero no es como en las pruebas anteriores. Me vuelvo a preguntar por segunda vez si a este triatlón solo vienen los más paquetes de Madrid. Creo que llevo la intensidad suficiente para no dejarte muerto para la carrera y, lo mejor, no me duelen los riñones: ¿es la posición o soy yo? El recorrido es un pequeño rompepiernas, pero me gusta. Solo dos vueltas de 20 km. en lugar de las 5 de 8 km.

T2. Normal, para mis habilidades. Engancho dos geles y salgo tranquilo, a la búsqueda y captura de Guille. Es un lujo tener un compañero del mismo nivel (si entrenara más, se me acabaría el lujo) al que perseguir. De lo contrario, es probable que hubiera corrido más despacio.

No me cebo, pero no cejo. En la primera vuelta veo a Nico en su última vuelta, absolutamente concentrado (octavo puesto el tío, un crack). Creo que menos él me oye gritarle toda la Casa de Campo. El recorrido es agradable gracias a las sombras. No dejo de pasar gente y más gente, como siempre que voy medianamente bien. Al final del recorrido alcanzo a Guille y nos vamos juntos hasta el final, con un tiempo excelente (al menos así lo siento: 2:23:33) y espero que mejorable al año que viene. Puesto 10 de 80 participantes en mi categoría. Puesto 90 de 376 participantes. La verdad, no puedo dejar de quitarle importancia pensando que el nivel es bajo, pero eso sería despreciar a todos los participantes y no voy a hacerlo.

Por fin un triatlón sin peros, como deberían ser todos: durmiendo mal de los nervios, nadando sin agonía, disfrutando de la bicicleta de principio a fin, vaciándote en la carrera y terminando bien y rodeado de familia y amigos.


Back in September.

sábado, 8 de junio de 2013

Ecotrimad (en modo telegrama)

En lugar de una crónica al uso, se me ha ocurrido hacerla en modo telegrama cronológico. Y como iba a quedar excesivamente sosa, he decidido emular al hematocrítico del arte, añadiendo la traducción del telegrama en pseudo-italiano jocoso.









Esperaba un resultado mejor, así que habrá que aplicarse. Aunque empiezo a tener dudas de que pueda mejorar porque cuando no sale una cosa mal, sale otra. Tendré que seguir echándole la culpa a la edad hasta que me salga uno bien 8-).