sábado, 19 de febrero de 2011

Demasiado que contar


Llevo sin contar nada ya demasiado tiempo. Y no es que no hubiera qué contar. Empecé el año con la clásica Subida al Ecce Homo. Lo especial de este año fue que mi mujer también subió (y bajó 8-). Una máquina. Después, como había prometido, me hice miembro del club de triatlón de casa (Complutum Triatlón). Y aprovechando un duatlón-cross de lujo que organizaron hace unas semanas, pude conocer a muchos de ellos y correr mi primer duatlón-cross.
Qué gozada. Más que divertido. En el primer tramo (carrera) no tuve mucho problema en seguir a la cabeza, pero subirnos a la bici, llegar a la primera cuesta y perderles de vista fue todo uno. Y es que la técnica de bici de carretera se parece a la de bici de montaña como un higo a una castaña: cuando empecé a cambiar, ya me había quedado clavado... Pero lo pasé muy bien.
Está bien esto de sentirte paquetillo. Y me parece que va a ser peor cuando haya que nadar. Hoy he comprobado que nado en 1'05" los 50 metros. De risa, imagino. Eso sí, el ritmo lo mantengo durante los 1.500 metros como un león. Supongo que mejoraré con el tiempo.
Objetivo: correr un triatlón sprint y un triatlón olímpico en el verano. Después, lo dejaré tres o cuatro meses para correr la maratón de Nueva York: ya soy ACCEPTED.